29 jun 2013

¿Por qué tiene que ser superficial?

Una sobredosis de satisfacción corre y recorre por mi sangre, inundando cada fracción de mi ser. 

La respuesta que hacía tanto tiempo estaba buscando y nadie me la pudo dar, la incertidumbre que me agobiaba con cada despertar, la duda que acosaba cada uno de mis pensamientos; creo que todo acaba de terminar.

Éste, definitivamente, es mi lugar. Lo que hago, lo que siento, lo que pienso, es así como debe ser.

No puedo mencionar la fecha exacta en que comenzó; ni siquiera recuerdo el momento. Sólo sé que este sentimiento de inseguridad me ha estado acechando durante un interminable y tedioso rato.

Con cuánta frecuencia pensé en intentar exprimir de mi cabeza toda idea de dedicar parte de mi existencia a la moda o a vivir mi vida junto a ella, luego de escuchar una y otra vez como un disco rayado que se trata de un mundo aparte, colmado de superficialismo y frivolidades. Y es más difícil aún mantener la postura si supone un cambio radical en la vida de uno.

Este es mi 121° día viviendo en Asunción. Tomé la decisión sin estar segura de lo que estaba haciendo. Tenía que empezar la facultad, y la moda era la primera opción en la lista mental que había creado una década atrás, y que cambiaba conforme cumplía años. Eso sí, cada uno de los componentes de la lista estaba vinculado con el otro mediante un factor común: la pasión por el arte y la estética.

Siguiendo con mi historia, me mudé para seguir Diseño de Moda e Indumentaria, y hasta ahora me parece genial. No digo que no exista la posibilidad de que en algún momento estalle y abandone todo para volver a casa, con mi familia; pero lo que confirmo es que, voy a dedicar hasta el último de mis días a la moda.

La pregunta es: ¿cómo es que estoy tan segura?. Durante estos últimos meses pude vivirla y sentirla muy de cerca. Han surgido oportunidades que jamás pensé conseguir y que espero se desarrollen completamente.

Pero además de eso, la pieza que faltaba para concluir el rompecabezas hoy cayó como desde el cielo, o mejor dicho, desde HBO. Inmensa es mi sorpresa cuando veo en los títulos "Vogue: The Editor's Eye", un documental en retrospectiva a los 120 años de la mundialmente famosa editorial. Corrí a la cocina a buscar unas medialunas y me instalé frente a la pantalla. Contrariamente a lo que se imaginan, no fui capaz de hallar frivolidad en los testimonios. Solamente 8 mujeres, que dieron todo por amor a lo que hacían y continúan haciendo.

La moda misma nace y se reinventa como reflejo de nuestra realidad y entorno, como respuesta a los conflictos y desenlaces que acontecen en el panorama mundial. No es simplemente el capricho de unos pocos; es el resultado de un movimiento en masa. Somos nosotros quienes la creamos. 

Obviamente, estoy hablando de la moda en sí; no hay que confundirla con el exceso, algo que muchos relacionan, tampoco la mercadotecnia ni las disfuncionalidades que han ocurrido durante los últimos tiempos a causa del descontrolado afán de las multinacionales en búsqueda de mayores y millonarios ingresos.

Como sabemos, hasta lo más bueno en principio, al llevarse a límites excesivos se convierte en malo. Nosotros somos quienes decidimos si cruzar o no la línea que lleva a lo uno o a lo otro. Yo decidí quedarme de este lado; y no puedo sentirme mejor. Este es mi lugar y moda es lo que voy a hacer y ser.